El FC Barcelona sigue mostrando una marcada dualidad: brillante y demoledor contra los grandes, pero inconsistente y frágil frente a los equipos considerados más débiles. Este patrón quedó nuevamente en evidencia tras su sorprendente derrota por 0-1 ante el Leganés en Montjuïc, un revés que complica su lucha por la Liga y alimenta las dudas sobre su desempeño en el campeonato doméstico.
Table of Contents
El contraste es desconcertante. En los últimos días, el Barça derrotó al Borussia Dortmund (2-3), al Real Madrid (0-4) y al Bayern de Múnich (4-1), reafirmando su poderío en Europa. Sin embargo, en LaLiga, apenas ha sumado cinco de los últimos 18 puntos posibles, dejando escapar victorias ante equipos como la Real Sociedad, el Betis, el Celta y ahora el Leganés. Este último, inmerso en problemas y a un punto del descenso, se plantó en Montjuïc con determinación y supo aprovechar sus oportunidades, dejando en evidencia las carencias de los catalanes.
Un inicio cuesta arriba
El partido comenzó cuesta arriba para el Barça. A los tres minutos, Iñaki Peña salvó un remate peligroso de Munir, pero en el saque de esquina resultante, Sergio González remató con precisión para poner el 0-1. Desde ese momento, el Leganés defendió su ventaja con un orden ejemplar y un Dmitrovic en estado de gracia.
El portero serbio se convirtió en una auténtica pesadilla para los atacantes blaugranas. Lewandowski, Raphinha y compañía lo intentaron sin éxito, destacando una espectacular parada a un remate de Raphinha que Dmitrovic desvió al larguero. A pesar del dominio del Barça, el Leganés llegó al descanso con su portería intacta.
Sin fluidez ni resolución
En la segunda mitad, el Barça mantuvo la misma dinámica: presión constante, pero sin precisión en los metros finales. Lewandowski y Dani Olmo, lejos de su mejor nivel, fueron reemplazados por Ferran Torres y Fermín López. Sin embargo, ni los cambios ni la presión constante lograron derribar el muro del Leganés.
El equipo madrileño se mantuvo firme, demostrando un equilibrio perfecto entre defensa y ataque. Mientras tanto, el Barça se mostró impotente, atrapado en su propio nerviosismo y carente de ese poder de intimidación que caracteriza a los equipos más consolidados.
La incógnita de un equipo irregular
Este Barça de extremos es un enigma. Capaz de las mayores gestas en Champions League, pero desconcertante en LaLiga. La falta de consistencia en su juego, unida a una aparente fragilidad emocional cuando el guion no sigue el plan inicial, está mermando sus opciones en el campeonato. La derrota ante el Leganés, además, desperdicia la oportunidad de recortar puntos frente al Real Madrid, lo que agrava aún más su situación.
Por otro lado, el Leganés merece todo el reconocimiento. Llegó a Montjuïc con valentía, marcó en su momento oportuno y defendió su ventaja con solvencia, demostrando que en el fútbol no existen rivales pequeños.
Conclusión
El FC Barcelona necesita reflexionar profundamente. La bipolaridad